Père Fouettard o también llamado Padre Fouettard ha aterrorizado durante siglos a los niños en el mes de diciembre.
Este personaje vestido de negro acompaña a San Nicolás en su viaje por el mundo para repartir los regalos antes de la fiesta de San Nicolás, que es el 6 de diciembre.
Père Fouettard tiene una cara negra, botas y un abrigo grande. Tiene barba negra o roja. Tiene cuernos bajo una capucha, una cola grande y además lleva un látigo en la mano. Los niños lo escuchan llegar desde lejos por el sonido del látigo.
La imagen del cochero que se muestra en esta postal antigua es bastante aterradora con su traje negro y látigo. Cabe señalar que la reproducción de esta tarjeta de felicitación se enviaba para felicitar la Navidad a principios del siglo pasado.

Mientras que San Nicolás distribuye los regalos a los niños que han sido buenos durante el año, Père Fouettard les da una paliza a los niños que han sido terribles o perezosos. Además, los niños que no han sido buenos son castigados con no ir al mercado de Navidad.
Dependiendo de la región, Père Fouettard ofrece como regalo mostaza, carbón, patatas o cebollas. En otras palabras, los regalos que están lejos de ser atractivos para los niños.
Curiosidades de Père Fouettard

- En Austria, Père Fouettard lleva a los niños malos a España (esto da para hablar...).
- Père Fouettard apareció por primer vez en Alsacia en el siglo XVI. También se le llama croque-mitaine.
- El nombre alsaciano es Hans Trapp.
- En Luxemburgo, Housecker.
- En Holanda Zwarte Piet.
- En Alemania, Ruprecht.
- En Renania y Silesia, Pelzbock.
- En Austria, Krampus.
Père Fouettard y San Nicolás
De acuerdo con la leyenda alsaciana este personaje navideños está inspirado en un señor que realmente existió en la Edad Media en Wissembourg, llamado el sanguinario señor Hans von Trotha.
Otra leyenda dice que sería el carnicero que mató a los tres hijos resucitados por San Nicolás.
En Metz, se dice que en realidad sería Carlos V el que habría asediado la ciudad en 1552. Durante el asedio de Metz por las tropas de Carlos V, en el siglo XVI, los habitantes de la ciudad se burlaron de la imagen del emperador quemando un maniquí con su rostro. Este último fue apodado Père Fouettard.